Regular la convivencia en una comunidad de propietarios es algo fundamental. Y es que en muchas ocasiones nos vemos padeciendo las molestias ocasionadas por vecinos que queriendo o sin ser conscientes de ello provocan alteraciones de la paz y tranquilidad en las comunidades. Por lo tanto, es preciso que la comunidad se dote de una serie de reglas que garanticen la convivencia adecuada de todos los integrantes del edificio. A continuación te vamos a presentar una guía básica para tal fin.
Los ruidos y otras molestias de convivencia
Uno de los problemas más comunes suelen ser los ruidos y otras molestias en horas intempestivas. Hay que tener en cuenta que, al menos, a partir de las 12 de la noche y hasta las 8 de la mañana, el silencio debería ser la tónica habitual en una comunidad de vecinos y vecinas. Por lo tanto, es vital que se regule en las normas de la comunidad un horario libre de ruidos. Por supuesto, el ruido y las molestias excesivas no se pueden permitir en las comunidades de vecinos ni siquiera de día.
La importancia de la limpieza
Además, la limpieza y la corrección también son aspectos de importancia. De tal modo, los vecinos deben tratar con el debido respeto las zonas comunes de la comunidad. Esto también significa abstenerse de arrojar basura en estos espacios. Por otra parte, las normas de cortesía indican que no se puede tolerar el lanzamiento de basura o enseres por el balcón o las ventanas.
Por supuesto, hay que tener en cuenta que la junta de propietarios es el lugar indicado para regular los aspectos de convivencia mencionados en esta guía. Es evidente que el diálogo y el respeto deben marcar la relación de los vecinos, pero si hay propietarios que incumplen reiteradamente las normas acordadas se pueden iniciar acciones judiciales contra ellos.
¿Qué ocurre con las mascotas?
Las mascotas suelen ser uno de los puntos de confrontación más habituales. Cuando convivimos con otras personas en el mismo edificio, debemos asegurar unos mínimos de educación y de respeto. Especialmente en todo lo que atañe a los espacios comunes.
La caída del pelo o la deposición de las heces son dos de los temas más controvertidos. Prestar atención a estos detalles nos ayudará a poder asegurar el buen ambiente de nuestra comunidad. Las deposiciones deben realizarse en las áreas habilitadas para ello, si las hubiese. Además, debemos intentar cepillar el pelo en el interior de nuestro hogar. De este modo, evitaremos la aparición de pelusas.
La realización de las obras
En el caso de que vayamos a realizar obras en nuestro inmueble, es habitual la presencia de suciedad y de polvo en las zonas comunes. La limpieza es clave para evitar la crispación.
La contratación de una empresa de limpieza profesional nos ayudará a que nuestros vecinos no se molesten con los ruidos y los desperfectos ocasionados.
El sentido común, clave
Pese a todos los consejos mencionados anteriormente, no conviene olvidar la importancia del sentido común. Debemos tratar de replicar el mismo comportamiento que tenemos en el interior de nuestro hogar también en las zonas comunes. La gestión de los residuos, los ruidos o cualquier otro comportamiento que pueda causar confrontación debe quedar erradicado.
Las comunidades de vecinos no son propiedades privadas. Sino que son compartidas por el resto de propietarios. Respetar unas normas de educación básicas y mostrar respeto por nuestro entorno es fundamental.
En Juan Royo, como administradores de fincas en Tenerife, contamos con un gran conocimiento y experiencia a la hora de administrar comunidades de vecinos. Ante cualquier cuestión o problema, no lo dudes más. Confía en nuestro equipo, ¡y asegura al máximo tu bienestar!
